martes, 14 de septiembre de 2010

Derrumbe



Respirando, exhalo de a poco con suspiros terrosos, el tóxico que no me deja respirar.

A veces lloro pequeñas rocas, que mi estómago tritura a diario, para deshacerse de los cientos de escombros, que dejo este trágico derrumbe.

Me paseo bordeando la cordura, doy pasos falsos en ambos lados, solo se me ocurren cortos poemas, incoherentes frases de ánimo y a menudo me innunda la sensación de vacío y silencio, de lo que tuve y ya no está.

Entonces me quedaré aquí en la línea fronteriza, al menos desde aquí puedo observar ambos lados,

Me neutralizaré para poder sobrevivir, aquí no me sentiré ni bien ni mal, aquí no seré ni lo uno ni lo otro.
Porque de partida todavía no he vuelto a ser.

Y a menudo me pregunto,
¿por qué no te das cuenta que aún yazgo aqui debajo del derrumbe?
¿es que no escuchas mis lamentos?,
si a penas me queda fuerza para gritar que me rescates, que limpies mi cara, me abraces fuerte
y, si fuera posible, me devuelvas la vida que me arrebataste.

A veces siento mucho miedo, aquí sola, pierdo la esperanza y lloro de impaciencia,
al menos cuando sostenías mi mano, no me sentía sola.

Seguiré pensando en mi escape, y no desperdiciriaré mi último aliento en vano.
No es primera vez que salgo de las ruinas de un derrumbe,
y tengo dos caminos,
salir sola, matando a aquella que sucumbió entre los escombros, que no espera encontrarte cerca, que distará de aquella que te amo, que no seré yo.
O seguir con la convicción de que estas escarbando impetuosamente y que aún no lográs encontrarme.

No creas que perdonaría el que hayas ignorado mis lamentos y que no hayas escarbado lo suficiente,
Por ahora dormiré esperando, aguantando el poco tiempo que me queda.

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